Hoy en día tanto adultos como niños son usuarios activos de la tecnología. Esta tecnología es para todos, chicos y grandes, una manera divertida de pasar el tiempo, acceder a información, compartir momentos, experiencias o documentos, dependiendo de los intereses propios de cada persona; pero para todos y cada uno la tecnología es una herramienta gobal que desean conocer y utilizar.
Teniendo en cuenta la facilidad con la cual las personas se hacen partícipes de la tecnología, las aulas de clases no pueden ser la excepción al uso de la misma. Y es que no hablo solo de una clase de computación, en donde se muestren las funciones básicas del ordenador, sino que planteo la necesidad de utilizar nuevas herramientas didácticas que estimulen y dinamicen la clase, una clase en donde los estudiantes quieran participar, en donde deseen ensayar sus conocimientos, donde medir sus logros no sea solo un examen sino un espacio divertido e interactivo.
Propongo la utilización de la tecnología en el campo educativo sin dejar de lado el conocimiento de las habilidades de nuestros estudiantes, porque no solo se tratará de implementar herramientas tecnológicas en el aula sin ser conscientes de cuanto pueda ayudar a mis alumnos o si por el contrario les representa una dificultad difïcil o casi imposible de alcanzar. No se trata de empezar a utilizar la tecnología o presentarla y que los estudiantes se apoderen de ella como crean conveniente, sino más bien de generar una verdadera tarea de reconocimiento en la que los alumnos aprendan a utilizar la tecnología de una manera responsable, interesante y activa que genere conocimientos y progreso.
Es por esto que la tarea del maestro sigue siendo la de guiar y canalizar esos conocimientos previos que ya poseen los educandos para generar nuevos aprendizajes significativos de una manera más dinámica, más actual, más vanguardista, sin dejar de lado la esencia que tiene la educación -ir creando nuestros propios conocimientos-.
Los maestros de hoy deben por lo tanto prepararse en la utilización de estas herramientas que le brindarán a más de un ambiente dinámico y entusiasta a sus clases, muchos nuevos avances a sus estudiantes convirtiéndolos en agentes dinámicos de la misma y entes productores de socialización al compartir, comentar y refutar lo antes planteado en el salón de clases.
Como todo lo que existe debe tener una justa medida y ésta irá en consideración de las capacidades de nuestros estudiantes, ya sean culturales, físicas o mentales; como siempre en el quehacer educativo debe medirse primero el impacto con el cual será aprovechado o no determinado instrumento, no se trata de utilizar la tecnología a como de lugar para parecer o creernos vanguardistas sino utizarla para crear, avanzar y generar logros que sean de provecho de cada estudiante, ya que cada uno de ellos será parte activa de la sociedad que estamos generando día tras día.
Seamos maestros más dinámicos, más actuales, no nos quedemos con las mismas técnicas de cuando nosotros aprendimos, hagámoslas trascender, podríamos utilizarlas de una forma más novedosa buscando una herramienta tecnológica que se adapte a nuestras necesidades y a las necesidades de nuestro grupo, pero lo importante es que hagamos de la educación algo activo y fuerte en donde seamos lo suficientemente creativos y con conocimiento para que nuestros alumnos sigan teniendo ganas de aprender.
Maestros, a dinamizar nuestras clases utilizando la tecnología de manera responsable y activa.
